Ahora estamos todos con esto de trasmitir una propuesta de valor a nuestros públicos objetivos, y es muy correcto, y tan antiguo como la génesis del marketing, allá por los años 40-50 en USA.

La “A” del marketing es la USP (unique selling proposition), que no es más ni menos que ofrecer una única propuesta de venta a nuestro posible consumidor. Pero esta propuesta tiene VALOR cuando es ÚNICA, cuando la hemos pensado y desarrollado solo para él (o por lo menos así tiene que ser o parecerlo).
Segmenta bien a tus clientes, y si eres un “transgresor” incluso haz una doble segmentación con las necesidades que precisan cubrir, no con otras que no te han pedido, solo las que quieren, y, ahí tienes TU PROPUESTA DE VALOR en cuatro líneas.
A veces la reducción de lo aparentemente complicado a lo práctico puede funcionar: SEGMENTA + FOCALIZA + PRESENTA = VALOR